Chapter 8: Capítulo 7: Presentaciones y relaciones problemáticas
Punto de vista de 3º persona :
Sin lugar a dudas, para la mayoría de los presentes, el día de hoy fue, de alguna manera, profundamente extraño. Todo comenzó con un discurso largo y monótono, uno de esos que no parecían interesar a nadie en la sala, como si estuvieran todos esperando que terminara lo antes posible. Nadie se sorprendió cuando, finalmente, el profesor dejó de hablar. Sin embargo, lo que ocurrió a continuación sí provocó revuelo: les informó que cada uno recibiría 100.000 yenes. Este anuncio, aunque insólito, provocó una oleada de emoción en muchos de los estudiantes, quienes comenzaron a imaginar con entusiasmo qué harían con tal cantidad de dinero.
La idea de disponer de una suma tan grande de repente los hizo sentir eufóricos; la mayoría no estaba acostumbrada a manejar cantidades de dinero tan elevadas. Las mentes de los estudiantes se dispararon, pensando en lo que podrían comprar: gadgets, ropa, viajes, tal vez incluso una mejora en su estilo de vida. Sin embargo, esa alegría inicial se desvaneció rápidamente, como una burbuja que explota. Algo no encajaba.
Poco a poco, a medida que sus compañeros comenzaron a intercambiar preguntas y teorías, una sensación de incertidumbre fue envolviendo el aula. Todos compartían una misma inquietud: nada en la vida es gratis, y este dinero parecía demasiado fácil de obtener. ¿Por qué les darían esa suma sin esperar nada a cambio? ¿Acaso habría algún tipo de truco o condición oculta que no se había revelado? Las dudas se fueron apoderando de todos, como una sombra que se cernía sobre la alegría inicial.
Cuando el profesor terminó de explicar y salió del aula, algunos estudiantes sintieron la tentación de ir tras él para pedir más detalles y aclarar sus sospechas. Sin embargo, antes de que pudiera actuar, se dio cuenta de que uno de sus compañeros, quien había mostrado desde el principio una incomodidad evidente, había decidido levantarse y dirigirse directamente hacia el escritorio del profesor, para sentarse en el como si fuera el dueño del lugar.
Punto de vista de Kiyotaka:
Aunque lo primero que se me ocurrió fue irme y evitar enfrentarme a los problemas que surgirían solo por interactuar con Ryuen, me di cuenta rápidamente de que esa opción no era viable. Evitarlo ahora solo prolongaría lo inevitable. Quizás podría usar un nombre falso, un alias que me permitiría pasar desapercibido. Pero, al final, sabía que eso no duraría mucho. Los otros pronto descubrirían quién era realmente, y eso me expondría a más complicaciones. Debía abandonar la idea de actuar activamente como un fantasma; Eso no me llevaría a ningún lado.
Lo que realmente tenía claro era que, tarde o temprano, alguien como Ryuen se acercaría a mí, sin importar cuánto intentara quedarme en las sombras. No podría evitarlo. Su presencia era de aquellos que exigían atención, que no podían dejarse de lado sin más. El tipo tenía una personalidad volátil y estaba dispuesto a tomar control de la clase de cualquier forma que pudiera. Sin lugar a dudas, Ryuen era una persona peligrosa, uno de esos individuos que arrastran a los demás consigo por pura fuerza de voluntad. Podía ver su ambición a kilómetros de distancia.
''El que dijo lo de los puntos privados, preséntate. Di tus especialidades, si eres bueno en algo o si eres basura, y luego seguimos con la persona a tu derecha. Al finalizar la fila, seguiremos en forma de serpiente'', dijo Ryuen, su voz cargada de autoridad y una actitud desafiante. Maldita sea, ¿por qué me persigue siempre la desgracia?
''Bueno, mi nombre es Ayanokouji Kiyotaka. Si tuviera que decir algo que me gusta, sería el dinero. En cuanto a mis pasatiempos, practico algo de deporte, aunque no es nada impresionante. Respecto a lo que planeo hacer, mi objetivo es dar 2000 puntos privados. Espero que nos llevemos bien'' dije mientras hablaba con mi habitual voz monótona, pero añadí una pequeña sonrisa para dar una mejor impresión, cosa que tuvo efecto en el grupo femenino de mi clase.
En cuanto a la razón por la cual mencioné la entrega de puntos, todo había sido parte de un plan meticulosamente orquestado por ese tipo, Ryuen. Él había aprovechado la situación para presionarme indirectamente y hacer que yo fuera quien sacara a relucir el tema de los puntos, y si es que no entendía el mensaje tácito o intentaba ignorarlo me convertiría en su víctima.
"Espera, ¿por qué tengo que dar mis puntos?", exclamó un chico de cabello negro que se encontraba en la primera fila. Con una expresión visiblemente molesta, comenzó a recoger rápidamente sus cosas, como si estuviera dispuesto a irse en ese mismo instante. "Ustedes pueden hacer lo que quieran, pero yo no estoy dispuesto a hacerlo", añadió, con una firmeza que dejaba claro que no iba a ceder tan fácilmente.
Ryuen, sin embargo, no se mostró ni un poco impresionado. Al contrario, su rostro se iluminó con una sonrisa que denotaba desdén. "Ah, ¿con que no vas a pagar, eh?", dijo con tono burlón, mientras se deslizaba desde su posición sobre el escritorio del profesor y caminaba con paso firme hacia el chico.
''Así e-'' no pudo continuar, pues en ese momento Ryuen, con una rapidez feroz, agarró su cabeza y la estampó violentamente contra la mesa.
Desde donde me encontraba, no podía ver claramente su rostro, pero no necesitaba hacerlo para imaginar lo que había sucedido. La posición de su cuerpo, su cuello doblado y la forma en que sedesplomó me hacían suponer que, con total seguridad, su nariz estaba rota. Lasangre debía estar comenzando a brotar de ella. Ryuen había encontrado a la víctima que estaba esperando .
''Quéde-'' intentó decir, pero la frase quedó cortada cuando Ryuen, sin darletregua, volvió a estampar su rostro contra la superficie de la mesa con ungolpe seco.
''Mira chupa pollas, si no quieres que te rompa otras partes de tu cuerpo en este momento. Me darás todos tus puntos'' dijo mientras una sonrisa siniestra se extendía por su rostro.
''Yo no-'' nuevamente fue interrumpido. Su rostro se volvió a comer madera y ahora ya sabía de alguna manera su condición, ya que ahora su mesa estaba teñida de rojo y no creo que fuera salsa de tomate que se le derramo.
''¿Me los darás, o quieres seguir sufriendo?, que puedo seguir haciendo todo el puto día'' dijo Ryuen mientras mostraba una sonrisa espeluznante, que de alguna manera hizo estremecer a varios.
''E-esta bien, pero para...'' balbuceó el chico, visiblemente afectado. Sacó su celular de su bolsillo y, con las manos temblorosas, lo desbloqueó antes de entregárselo a Ryuen. A pesar de la situación tensa, parecía que no tenía otra opción más que cumplir con lo que Ryuen exigía.
Ryuen tomó el dispositivo con una sonrisa cargada de desdén. Su mirada, fija en la pantalla del celular, mostró una concentración inquietante. Estaba manipulando el dispositivo, probablemente buscando la información que necesitaba para completar su jugada. Los segundos se hicieron eternos mientras observábamos el proceso. Era evidente que Ryuen disfrutaba de esa sensación de control absoluto .
Finalmente, después de lo que parecieron minutos de tensión, el celular de Ryuen, que descansaba en su bolsillo, emitió un sonido fuerte y abrupto, como el timbre de una notificación. Con una sonrisa triunfante, Ryuen sacó el celular de su pantalón y, sin dudarlo, se dirigió hacia el podio en el frente del salón.
Con una facilidad que solo alguien acostumbrado a dominar situaciones como esta podría tener, se sentó en el podio, como si estuviera en su propio trono. A medida que se acomodaba, alzó el celular de Tokito en sus manos, mostrándolo a toda la clase. La pantalla estaba visible para todos, y el mensaje que apareció en ella no dejó lugar a dudas: Tokito ahora tenía 0 puntos privados .
El salón se quedó en silencio por un momento, entendiendo el mensaje que se me había encargado de transmitir, infringiendo miedo en el corazón de los demás.
''Bien'', dijo Ryuen, su voz llena de un tono arrogante, mientras observaba a cada uno de los estudiantes presentes. ''Espero que todos se comporten de manera más... amable conmigo, si no quieren terminar como ese idiota.'' Su risa siguió con un sonido bajo y burlón, un ''kukuku'' que hizo que varios de nosotros nos sintiéramos incómodos. No solo estaba haciendo una amenaza, sino que lo hacía con total confianza, disfrutando de la reacción de los demás.
''Como todos parecen estar más calmados, vamos a continuar con sus presentaciones de mierda, como lo hizo Ayanokouji'' dijo Ryuen, su tono despectivo cargado de malicia mientras sus ojos se fijaban en la chica a mi costado.
Ella, con una expresión seria, no se dejó intimidar y respondió sin titubear.
''Mi nombre es Kirigiri Kyoko. Si tuviera que decir algo que me guste... son los misterios. Espero que 5000 puntos de mi parte sean suficientes.''
El silencio tras su intervención fue breve, pero lo suficiente para que Ryuen la descalificara rápidamente.
''Bah, es una mierda, el siguiente tendrá que dar más'' dijo mientras fijaba su mirada en la otra chica que estaba al lado de Kirigiri.
''P-pero-'' intentó decir la chica, con una expresión de nerviosismo, pero fue rápidamente interrumpida por Ryuen, quien se acercó con una sonrisa torcida.
''Respeto la igualdad de género'' dijo, mientras sus ojos destilaban irritación.
''Soy Morefuji Rika y v-voy a dar 25 000 puntos''
La presentación de Rika dejó claro que la presión se estaba acumulando. A pesar de su timidez, había cedido, como pronto harían los demás.
Con eso fueron presentándose los de mi fila, hasta que llegó el turno de una chica en particular que me llamó la atención por su hermosa apariencia.
''Mi nombre es Moriya Ayame. No tengo gustos en específico, pero voy a dar 40 000 puntos... si dejas de llamar a todos por apodos tan patéticos. Puede que seas mi tipo, pero ahora mismo simplemente estás siendo desagradable sin ninguna razón'', dijo, con una frialdad que contrastaba con su apariencia. No se dejó amedrentar por Ryuen, y esa falta de miedo lo molestó claramente.
Ryuen, visiblemente sorprendido por su actitud, soltó una risa baja y siniestra. ''Kukuku, ¿pero por qué?, si yo se los doy con cariño. Incluso había pensado en algunos apodos bastante interesantes, como la bola de nieve, ojos de pez, el chico de los pañuelos... ¿No ves que les tengo mucho cariño? Kukukuku'', dijo mientras su risa resonaba en el aula. Pero su tono cambió cuando se dio cuenta de que su intento de provocación no tenía el impacto que esperaba.
Como nota aparte la chica de mi costado parecía haber perdido un poco la calma con su comentario, supongo que sabe a quien iba dirigido.
''Bien, bien, ahora el que tienes enfrente'' dijo Ryuen, señalando a un chico de hombros anchos. La atmósfera seguía cargada, pero parecía que, al menos, este chico iba a ceder.
''Soy Komiya Kondo. Me gusta jugar baloncesto y voy a dar 5000 puntos'' dijo, con una expresión de incomodidad evidente. Parecía que todos estaban perdiendo el control de la situación. Ryuen, sin necesidad de intervenir, avanzó y señaló al siguiente.
El siguiente en presentar era un tipo bastante... ¿extravagante?, pensaba mientras lo observaba. Su piel era oscura, llevaba gafas de sol, y lo que más destacaba de él era su enorme estatura y corpulencia. De inmediato, supe que era extranjero.
'' I'm Albert Yamada '' dijo de manera directa, sin rodeos, y se volvió a sentar. Su actitud parecía no importarle lo que sucediera a su alrededor. Mi suposición de que era de otro país parecía correcta, pero había algo más claro aún: no tenía intención de pagar.
Parecía que no le había molestado de alguna manera a Ryuen que Albert no estaba dispuesto a dar ningún punto, mas bien parecía entretenido por la situación y señalo al siguiente estudiante.
''Mi nombre es Taira Genichirō'', dijo un chico con una sonrisa amable que daba la impresión de ser alguien accesible y amable, que contrastaba con la atmósfera tensa que nos rodeaba. ''Personalmente me gustan los deportes, y quiero dar... 20 000 puntos.''
Cuando por un momento todos pensamos que ya se había terminado su presentación y Ryuen estaba por pedir que se presentara lo siguiente. Taira decidió seguir hablando.
''También me gustaría saber por qué personas como Ayanokouji y Albert se les permite no cooperar de la misma manera en que estamos haciendo todos los demás, cuando a una compañera le hiciste elevar su cantidad a una cifra mayor'' interrumpió Taira, adoptando de repente una actitud más seria, casi desafiante.
''Kukuku, parece que tenemos al príncipe azul aquí, ¿eh?'' Ryuen dijo con una risa burlona. Se acercó lentamente hacia Taira, como un depredador que observa a su presa. ''Me preguntaba cuándo ibas a aparecer. Pues bien, respondé a esa pregunta tuya...'' dijo mientras se acercaba más, con una sonrisa oscura en su rostro.
Sin embargo, su intento de intimidar a Taira no tuvo el efecto esperado. Taira lo miraba con firmeza, sin apartar la vista, demostrando que no se iba a dejar doblegar por las provocaciones de Ryuen.
''Bien, bien'', comenzó Ryuen, su tono cargado de arrogancia. ''No le dije nada a Ayanokouji porque la información que me dio con su pregunta fue mucho más útil para mí de lo que cualquiera de ustedes podría imaginar. Incluso más útil que todo lo que han estado aportando en esta ' colecta '. Y con Yamada... hablaré personalmente con él más tarde. ¿Satisfecho?'' Su sonrisa torcida era una advertencia clara, y la forma en que miraba a los demás parecía que a más de uno le dio escalofríos.
Taira simplemente se limitó a asentir sin estar conforme. No parecía dispuesto a seguir discutiendo, pero en sus ojos había una leve chispa de insatisfacción, como si no estuviera completamente de acuerdo con la explicación de Ryuen.
Por mi parte, no puedo evitar considerar a Taira como un traidor. ¿Por qué no podía dejarme tranquilo? A fin de cuentas, cada uno estaba ofreciendo lo que quería, ¿no? Al igual que yo, ellos tenían sus razones para aportar lo que consideraban conveniente.
''Bien, te toca, calvo'', dijo Ryuen, mirando con desdén a otro de los estudiantes. Su expresión burlona no dejaba lugar a dudas de que las tensiones entre estos dos eran más que evidentes. La mirada que el chico robusto le lanzó a Ryuen parecía estar cargada de hostilidad. Este nuevo alumno era uno de los más altos de la clase, su imponente figura no pasaba desapercibida.
''Vete a la mierda'', respondió el chico, levantándose de su asiento con rapidez. Sin perder tiempo, se dirigió hacia la salida, pasando por alto a todos los demás, como si no quisiera perder más tiempo en ese circo. Al mirar la placa de su asiento, me di cuenta de que su nombre era Akutsu.
''Tendré que domesticar a ese trozo de mierda dentro de poco'', murmuró Ryuen entre dientes, su voz llena de veneno. Aunque sus palabras estaban dirigidas hacia nadie en particular, no pude evitar leer sus labios. Era obvio que no dejaría pasar la insolencia de Akutsu tan fácilmente.
El ambiente en el aula estaba a punto de estallar. Ryuen estaba claramente disfrutando de la situación, pero su falta de control sobre los estudiantes más desafiantes comenzaba a desbordarse. La amenaza implícita en sus palabras era más que clara para todos los presentes. Pero nadie parecía dispuesto a enfrentarlo directamente, al menos no por ahora.
''Ahora, la siguiente'', dijo Ryuen, su mirada fija en la chica que se encontraba a la izquierda de Akutsu. Ella parecía dudar, su postura tensa, claramente intimidada por el ambiente hostil. Sin embargo, tras unos segundos de indecisión, se levantó, aunque su actitud seguía siendo cautelosa.
''M-mi nombre es Akane Kurokawa'', dijo, su voz temblorosa. ''Encantada de conocerlos, q-quisiera aportar 5000 puntos.'' Al principio, sus palabras fueron suaves, casi vacilantes, como si temiera el juicio de los demás. No me sorprenderá en absoluto; era evidente por su tono y su incomodidad que la situación la había afectado. Después de ver lo que había sucedido con los otros, no es de extrañar que no quisiera enfrentarse a Ryuen. Parecía que lo único que deseaba era pasar desapercibida, ofrecer lo mínimo y evitar más problemas.
El silencio que siguió a su intervención fue incómodo, como si todo el salón contuviera la respiración. Todos parecían estar esperando la reacción de Ryuen, aunque ninguno de nosotros quería presenciar otro de sus despliegues de poder.
A Ryuen pareció no gustarle mucho este resultado, ya que se le borró la sonrisa y comenzó a caminar nuevamente hacia esa fila, pero con un objetivo diferente.
''Eres muy bonita sin duda alguna, no me importaría dejar pasar esa pobre contribución si aceptas pasar la noche conmigo, recuérdalo muy bien, habitación 609'' dijo mientras lentamente comenzaba a acercar su mano a su rostro, pero luego de ver que ya se estaba sobrepasando con sus acciones, me paré de mi asiento para tomar su mano.
''Deberías dejar de intentar actuar como un pez gordo cuando solo eres un delincuente de mierda, ¿Nunca te enseñaron acerca de la igualdad de género?'' dije mientras agarraba firmemente la mano de Ryuen sin dejarlo moverse ni un centímetro más.
''¿Y tu quien te crees que eres?, no me digas que eres del tipo que le gusta la atención de las mujeres''
''Alguien que te puede partir la cara si quiere, así que apártate'' dije mientras lo empujaba alejándolo del asiento de Kurokawa y tirándolo al suelo.
''Sabes que te puedo denunciar por esto, ¿Verdad?'' dijo mientras se levantaba del suelo, aparentemente había puesto demasiada fuerza.
''Solo estoy protegiendo a una chica de un depredador sexual, creo que incluso me deberían premiar por sacar la basura''
Luego que dijera eso se impulso contra el suelo en mi dirección con el puño cerrado, al parecer quería darme un golpe.
Lamentablemente para el ya había previsto su curso de acción, por lo que agarré su abrazo y le hice una llave haciendo que su rostro se estampe contra el suelo.
''Guh'' hizo un sonido con su boca de aparente dolor mientras volteaba su rostro para mirar en mi dirección.
''Deberías de conocer bien tu lugar, va bastante bien contigo esa expresión. Las ratas hacen fiesta cuando el dueño no está en casa, puedes hacer lo que te de la gana con esta clase, pero no intentas pasarte de la raya'' dije mientras le daba una última mirada antes de tocar el hombro de Kurokawa.
''Deberíamos irnos'' dije mientras hacía una seña con la mano señalando la puerta, a lo que ella respondió asintiendo con la cabeza.
Sin importarme el estado en el que había dejado a ese chico, saqué a Kurokawa del salón.
Punto de vista de Ryuen :
Al principio pensé que sería de cierta manera fácil tomar el control de esta clase, incluso podría tener algunas perras, pero esa idea terminó cuando choqué contra ese chico.
De alguna manera, me parecía conocido, pero descarté la idea rápidamente. No podía permitirme perder el tiempo pensando en alguien como él, ¿verdad? Solo uno más en la clase, probablemente un nerd sin importancia. Pero algo en mi interior me dijo que había algo peculiar, algo que no podía ignorar.
La idea que tenía de ese chico era de alguien que podría ser útil para esta clase, pero luego de ver esa frialdad en sus ojos y ese color dorado enfermizo... pude recordar del porque me parecía conocido... tenía los mismos malditos ojos de ese maldito psicópata, esa aura helada... esa fuerza... Había escuchado innumerables rumores de ese monstruo, pero nada de eso me importaba. Al final, yo ganaré.
' Tú no te haces amigo de un monstruo ' , pensé mientras me levantaba, con la sangre chorreando de mi nariz rota por el impacto. Mi mente estaba nublada por la rabia, pero me obligué a concentrarme. ' Lo a veces. Lo controlas. Eso es lo que haré, y al final ganaré '
Me sacudí el polvo de la chaqueta, caminando lentamente hacia el frente de la clase. No parecía que nadie se hubiera movido después de la escena que acababa de suceder, lo que me hizo pensar que no me tomaban tan en serio como deberían. Como si no supieran que estoy por encima de todos ellos.
''Que están viendo, el que sigue'' dije, mi voz firme y fría, casi desinteresada. Sin embargo, mi mirada recorrió la clase, asegurándome de que todos entendieran quién estaba a cargo. Aquel tipo no me iba a frenar, y si alguien pensaba lo contrario, me encargaría de ellos también.
Un chico llamado Ishizaki se adelantó, y tras dar una ridícula cantidad de 10,000 puntos, se sentó rápidamente, sin atreverse a hacer más ruido. Después de él, fueron pasando varios más, pero nada de lo que dijeron o hicieron me importaba.
Luego de que pasaron algunos más, hasta que luego de Nishino le tocó a una chica que me había interesado por su belleza, mas tarde la haré mia. kukukuku, lamentablemente estaba sentada frente a ese monstruo.
''Buenos días, mi nombre es Hayasaka Ai. ¡Es un gusto conocerlos a todos! Personalmente, lo que más me gusta es la moda. Y quisiera dar 50.000 puntos'', dijo con una sonrisa brillante, haciendo una leve reverencia antes de volver a su asiento.
Está chica segura fue el premio gordo... parece ser bastante tonta, aunque no puedo firme demasiado de ella. Una vista simple, su presentación fue encantadora, casi superficial, pero eso es algo que siempre me ha fascinado. La gente que parece tan inocente, tan despreocupada, suele ser la que tiene más que ocultar.
''Kukuku... interesante, muy interesante a decir verdad... El que sigue,'' dije mientras me frotaba el mentón, una sonrisa torcida curvándose en mis labios. Aquel pequeño juego de apariencias no me iba a distraer, pero sin duda había algo en ella que necesitaba entender mejor.
Sin embargo, antes de que pudiera seguir con la lista de nombres, Hayasaka, aparentemente algo incómodo, levantó la mano. ''Antes de eso, quisiera retirarme, quiero ir a visitar varias tiendas'', dijo, agarrando su bolso con una delicadeza que me pareció casi forzada.
Un ligero parpadeo de sorpresa cruzó por mi rostro, pero me obligué a mantener la compostura. ¿En serio? ¿Esto es lo que me va a poner a prueba?, tal vez mis instintos me habían fallado.
''Bien, lárgate'', respondí de manera seca, casi como si ya hubiera perdido el interés en ella, como si no fuera más que otra distracción momentánea. Mi tono fue lo suficientemente cortante como para que ella no pudiera hacer más preguntas ni ofrecer más excusas.
Vi cómo se levantaba de su asiento, aparentemente aliviada por no tener que lidiar más con el ambiente tenso, y salía rápidamente del aula. No me importaba, no me importaba nada de eso en este momento. Mi objetivo seguía siendo claro: controlar esta clase, someter a todos a mi voluntad. Y ese chico... ese monstruo... tarde o temprano, se sometería también.
[A/N: Por cierto, todos los que no estoy mencionando están dando entre 15k y 30k}
''Buenos días, soy Shina Hiyori y voy a dar...'' pareció haberlo dudado por unos segundos, pero dio una respuesta segura. ''40 000 puntos''
[A/N: Se que soy algo pesado, pero quiero aclarar una cosa, en cada clase hay 4 columnas verticales, teniendo 10 mesas en las filas horizontales, pensaba en hacer un excel, pero la verdad... no tengo tiempo]
''Bien... muy bien, la siguiente''
''Soy Azuma Zana, desde pequeño trabajo como modelo y me gusta la moda, espero poder ser amigos de todos. Como tema aparte voy a dar 25 000 puntos'' parecía ser una de esas chicas sin personalidad, pero con lindo rostro.
''Una chica mimada, debidamente anotada, el que sigue'' parecía haber sido afectada por eso, pero la ignoraré. No iba a perder mi tiempo con una perra que solo se preocupa en su apariencia.
Luego de alejar esos pensamientos siguió una chica de cabello azul que dio una cantidad promedio, aunque surgió un pequeño problema con la siguiente chica.
''Soy Manabe Shijo, me gusta la moda y pasar el rato con mis amigos y voy a dar 4000 puntos''
''Muchas gracias por dar 40 000 puntos, el que sigue'' dije mientras la ignoraba completamente.
''¡Espera, yo dije 4000 puntos!'' dijo mientras se levantaba.
Como ya me estaba empezando a alterar, paré su pequeño alboroto tirándole un lápiz que raspó su mejilla sacándole algo de sangre.
''Es un cero más, el que sigue'' sin ninguna forma de protestar tuvo que tragarse sus quejas.
Después de ese pequeño altercado, la atmósfera en la sala de clases volvió a la normalidad, aunque cargada de una tensión palpable. Nadie se atrevió a desafiarme, y los murmullos se desvanecieron rápidamente. Aún así, mi mente estaba ocupada, no en los demás, sino en lo que quedaba por hacer.
''Bien, voy a hacer el cálculo de las cantidades que me han dado y mañana se los comunicaré'', anunció con tono frío, dejando claro que no esperaba preguntas ni intervenciones. "Albert, me sigues."
Tomé al tipo por el hombro, sin mostrar la más mínima preocupación. Albert no opuso resistencia. Su cuerpo era grande y robusto, y podría haber dado una pelea si lo deseaba, pero no lo hizo. No mostró ni la reacción más mínima. Eso me pareció... raro. Un tipo de su tamaño, con su presencia, cediendo tan fácilmente. Tal vez, al ser extranjero, no entendiera mucho el idioma, o quizás pensaba que esto era una especie de juego. Pero eso no era mi problema. Yo controlaba la situación. Y ahora, era el momento de que se diera cuenta de quién estaba al mando.
El camino hacia el exterior del edificio estaba silencioso. Ninguno de los dos dijo palabra alguna, y la quietud de los pasillos me hizo pensar que este tipo, a pesar de su tamaño, no tenía ni idea de lo que se le venía encima. No que me importe en absoluto. Después de todo, ya tenía aviones para él.
Finalmente llegamos a un callejón apartado, un rincón olvidado del campus donde no parecía haber cámaras de seguridad. Perfecto. No habría testigos. Era el escenario ideal para hacer lo que tenía que hacer. No tenía intención de darle una lección aquí, pero una pequeña muestra de lo que podía hacer serviría como recordatorio de quién tenía el control.
''Oraaaa!!'' grité mientras le lanzaba un puñetazo.
Puede que por ahora esté ocupado con la misión de domar a Albert, pero cuando termine de demostrarle quién está al mando, iré por ti monstruo, y haré que cambies esa cara de mierda.