Chapter 20: Llegada a la isla y una carta
Dos barcos navegaban por las tranquilas aguas de los mares en el nuevo mundo. Uno de ellos era un barco mercante donde Lurent iba en busca de nuevas mercancías para vender; el segundo era un barco de la armada del Reino Santo al bordo del cual viajaba la delegación diplomática enviada a investigar la viabilidad de abrir relaciones entre ambas naciones.
La comisión estaba encabezada por Kelart Custodio, como muestra del compromiso por parte de Roble. Ran Tsu An Rin, el color verde, estaba a cargo de la seguridad marítima y bajo su mando en esta misión se encontraban 30 soldados de la armada listos para proteger los barcos de cualquier ataque o emboscada. La seguridad en tierra estaba a cargo de Gustav Montagnés, vicecapitán de la orden de paladines, y los 15 paladines a su cargo.
Aparte de los mencionados, la delegación estaba integrada por algunos nobles del norte y los asesores de Kelart. La idea era demostrar la seriedad con qué el Reino Santo se tomaba la situación, pero al mismo tiempo mantener pequeña la cantidad de personas enviadas ya que en caso de tener que huir sería más fácil mientras menos gente hubiera.
Llevaban viajando casi dos días y, según Rolland, pronto estarían en las costas de la isla. Kelart había pasado todo el viaje pensando en cómo procedería una vez que estuvieran en su destino. Obviamente las negociaciones eran el punto principal de su visita, sin embargo, esta era una oportunidad de oro para que ella verificara el nivel de peligro que esta nueva nación representaría para Roble si las negociaciones salen mal.
Sabía que le harían muchas preguntas por lo que ya había decidido que información no tendría problema en entregar y qué preguntas propias no podían quedarse sin respuestas. La presión sobre sus hombros era inmensa, pero no era algo a lo que no estuviera acostumbrada después de ser la asesora de mayor confianza de Calca durante todo su reinado.
Después de viajar por un par de horas más, la voz de Ran captó la atención de los ocupantes de ambos barcos cuando divisó a lo lejos el acercamiento de una creatura por debajo del agua. Tomando la decisión de evitar que lo que fuera se acercara a las embarcaciones, el color verde se lanzó al mar y empezó a nadar hacia la creatura.
- ¡Alto! – ordenó con voz retumbante, aunque realmente no esperaba que se detuviera.
- Bueno, hola – un tritón, más grande que él mismo, surgió del agua y le dio un saludo casual. – Más allá de este punto se encuentras las aguas pertenecientes a la Isla Soberana de Elion. Por favor declara tu motivo y el de tus embarcaciones para dirigirse a nuestras costas – a pesar de su actitud relajada, Ran pudo darse cuenta de que si no le gustaba la respuesta se desataría una batalla. Pero antes de que pudiera responder, el tritón desconocido exclamó con una sonrisa. -¿Oh? ¿Acaso uno de esos barcos no es el de sir Lurent? ¿Son ustedes del Reino Santo de Roble?
- Efectivamente – respondió aliviado Ran. – El sr Rolland nos acompaña en su barco y el otro es un barco oficial del reino.
- Mmm supongo que debe haber un motivo para todo esto. Bien, me acercaré y hablaré con sir Lurent y quien esté a cargo del otro barco ¿Está bien?
Si bien Ran quería desechar la idea de que alguien a quien no estaba seguro de poder derrotar se acercara a las personas que debía proteger, pero en este caso no tenía opción por lo que aceptó la sugerencia y guio al hombre a los barcos.
- Hola, sir Lurent, veo que tiene buena salud – fue lo primero que dijo al acercarse a las embarcaciones antes de saltar del agua y aterrizar en la cubierta del barco mercante.
- Lo mismo digo, Lord Libio, me alegra ver que está bien – respondió el comerciante estrechando la mano del Tritón.
Desde el otro barco, Kelart observaba la interacción entre los dos hombres que se trataban como si de viejos amigos se tratase y frunció el ceño. Sin embargo, no dejó que su desconcierto se mostrara por más de un momento o dos cuando se acercó al borde del barco para llamar la atención de ambos.
- Lord Libio, permítame presentarle a Lady Kelart Custodio, la Suma Sacerdotisa del templo de los Cuatro Grandes Dioses y consejera principal de Su Majestad la Reina Santa – Lurent viendo a la mujer acercarse realizó las presentaciones adecuadas. – Suma Sacerdotisa, este es Lord Libio Ac Qualiq, miembro del cuerpo de exploradores de la armada de Elion, así como el heredero del Clan Qualiq, una de las familias gobernantes en la isla.
Y solo esa presentación fue suficiente para arrojar la mente de Kelart al caos. ¿Por qué el heredero de una familia noble estaría expuesto a un ataque al recibir él solo a emisarios extranjeros? No tenía sentido que un país expusiera así a los miembros de la nobleza. Por supuesto podría ser que hubiera guardias ocultos bajo el agua, pero dado que Ran no había dicho nada era poco probable. Solo con la presentación inicial Kelart se dio cuenta que no podría manejar a este reino de la misma manera que a otras naciones.
- Saludos, Lord Libio. Espero no ser inoportuna en esta ocasión. Su Majestad, la Reina Santa Calca Bessarez, recibió una invitación oficial de parte de sus monarcas para enviar una delegación con el objetivo de establecer relaciones, comerciales y diplomáticas entre nuestras dos naciones – Kelart habló del motivo de su estadía con voz serena, digna de la representante de su reino.
- Saludos, Lady Custodio. Estoy enterado de la posibilidad de que recibiéramos visitas desde Roble por lo que no hay ningún problema. Si gustan seguirme los guiaré hasta el muelle de Éfrates, la capital del territorio gobernado por mi Clan – por supuesto que Libio sabía de la llegada de Kelart desde antes, de hecho desde que zarparon de Prart, pero no había por qué decir aquello.
- ¿La ciudad gobernada por su familia, sir Libio? Creo que aún no he tenido la oportunidad de conocerla – intervino Lurent.
- La vez anterior, debido a la cercanía de su barco a la ciudad de Jur se decidió llevarlos hasta allí, pero en esta ocasión permítanme recibirlos directamente en mi hogar – respondió con una sonrisa.
Después de eso volvieron a moverse, esta vez guiados por las direcciones de Libio, mientras Lurent le contaba a Libio lo bien que se habían vendido los productos de la isla y las proyecciones que tenía para su negocio. Libio también se interesó por hablar con Kelart, preguntando como era el Reino Santo pues, según narró, jamás había salido de la isla más que para sus misiones de exploración y estas no lo llevaban muy lejos. Incluso le preguntó a Ran como era la vida de los Tritones de Roble, aunque su respuesta no pareció gustarle mucho, pero no dijo nada al respecto.
Finalmente, después de navegar un rato, Kelart pudo ver a la distancia la silueta de la mencionada isla, rodeada por una fina neblina que la hacía ver como algo sacado de otro mundo. Había algo extraño tanto en la niebla como en la isla, como si desaparecieran si les quitaran la mirada por un segundo. Por mucho que hubiera querido, la expresión de puro asombro en su rostro no podía ser contenida, lo que puso una sonrisa en el rostro de Libio al notarla.
Al acercarse un poco más pudieron notar algunos barcos en la distancia, así como a varios Tritones nadando en el perímetro. Al parecer se trataba de la armada de Elion, o al menos una parte, encargada de vigilar sus costas. A medida que se acercaban a la isla uno de los botes salió de su curso y se dirigió hacia ellos, pero antes siquiera de que dijeran algo la voz de Libio retumbó.Soy Libio Ac Qualiq. Las personas a bordo de estos barcos son invitados de los reyes dragón, déjenlos pasar.
Con solo esas palabras el barco que antes se dirigía hacia ellos dio media vuelta y volvió a cumplir con sus deberes. Ambos barcos siguieron su camino y 40 minutos después estaban atracando en el puerto de Éfrates.
Gustav, siendo el encargado de la seguridad en tierra, ordenó a sus hombres que aseguraran el muelle para que los nobles encargados de las negociaciones bajaran después. Ran mientras tanto pidió hablar con un oficial del muelle pues, dado que él y sus hombres se quedarían a cuidar los barcos, quería saber con quién estaría trabajando.
Lurent por su parte ni siquiera dudó en bajar de la embarcación y empezar a preguntar a Libio cualquier cantidad de cosas referentes a la ciudad, las mercancías e incluso las necesidades que pudieran tener para saber que artículos podría vender aquí.
Lo primero que notó Kelart al bajar de la embarcación fue la falta casi completa de seres humanos. Claro, había un par de humanos dispersos hasta dónde podía ver, pero en comparación con las otras razas presentes eran apenas 2 de cada 15 habitantes los que pertenecían a la raza humana.En el lugar había Tritones, como era de esperarse, pero también lo que parecían ser hombres lagarto como ninguno que hubieran visto hasta el momento, hombres rana, lamias, incluso una especie de la que no se había escuchado en mucho tiempo y que Kelart solo conocía por los registros del templo: Onis, una raza espiritual nacida de la manifestación de la ira de la naturaleza.
Era simplemente absurda la cantidad de razas mezcladas y conviviendo como si fuera lo más normal del mundo, y tal vez para ellos lo era, pero para Kelart, acostumbrada a las intrigas de los reinos humanos y la barbarie de las tribus semihumanas, todo aquello parecía simple y absolutamente imposible. Y aun así allí estaba, justo frente a sus ojos para que no pudiera negarlo más.
Libio llamó a Lurent y le presentó a un hombre rana diciendo que era el encargado de la oficina de comercio local y que sería la mejor opción si quería discutir sus tratos comerciales. El hombre rana, Stile, se llevó al comerciante a algún lugar mientras sus ayudantes deambulaban por el mercado del muelle.
Luego, Libio se acercó a ella y le presentó un hombre lagarto de dos metros llamado Lurt, quien era un subordinado directo de Lord Qualiq, el padre de Libio, y quien tendría la misión de guiarlos hasta el complejo Qualiq dónde podrían descansar el resto del día.
- Lamento no poder quedarme más tiempo, pero mis obligaciones con la armada me llaman. Mi padre posiblemente será quien los reciba en un principio, sin embargo, como no sabíamos que vendrían hoy, me temo que no se encuentra en la ciudad en este momento, debería llegar en alrededor de 4 horas. Hasta entonces disfruten su estancia.
Y con eso el Tritón se alejó de ellos dejándolos al cuidado de Lurt. Para sorpresa de Kelart, quien no esperaba mucha inteligencia de una raza semihumana, conocida en el nuevo mundo por su estilo de vida primitivo, Lurt fue bastante educado e incluso entabló una conversación con ella sobre el estilo de vida en el reino.
Al parecer había 6 territorios en el reino otorgados a las familias gobernantes para que los administraran, cada uno especializado en un área determinada. Con el tiempo la especialidad de cada territorio se volvió parte de la cultura regional dando como resultado un reino en la que cada ciudad era una potencia propia en el área que tenía designada.
Un ejemplo claro sería Éfrates, la ciudad costera. El territorio controlado por el clan Qualiq estaba centrado en la producción de productos del mar: comida, barcos, especias, herramientas, mientras tuviera que ver con los océanos se producía en el Dominio del Mar. Pero no solo en producción estaban especializados, los guerreros de este territorio tenían una absoluta ventaja en el combate acuático, así como una afinidad antinatural por el elemento agua tanto en magia como habilidades.Lo mismo ocurría con los otros dominios: Bosque, Fuego, Abismo, Guerra y Muerte. Kelart no quería ni imaginarse lo que habría en los últimos dos, solo por el nombre le daba escalofríos.
Al llegar al complejo del clan fueron recibidos por sirvientas y mayordomos que se ofrecieron a atenderlos en lo que necesitaran a lo que la suma sacerdotisa solicitó algo de comer con la intención de tantear su cultura gastronómica.
Desde que partió a esta misión Kelart sabía que se trataba de una carrera por obtener información para conseguir una ventaja en las negociaciones, pero ahora estaba seriamente preocupada por sus posibilidades. Había pensado que al estar tan aislados del mundo como dicen estar su sociedad no estaría tan desarrollada, pero la isla era mucho más de lo que ella esperaba y no estaba segura de como terminaría aquel viaje, solo deseaba que todo saliera bien.
(***)
Magnus, Tiaamat y Morgan estaban en el Nido del Dragón observando la llegada de dos barcos extranjeros a sus costas. Los gobernantes habían estado esperando este momento desde hacía unos días, pero sabían que si querían dejar una impresión insuperable su entrada en escena debía ser un poco más adelante.
Morgan sería la encargada de las negociaciones principales esta vez y estaba bastante contenta con el trabajo que le tocó. Obviamente sabía lo que estaba tratando de hacer Kelart, obtener información que pueda ser utilizada en la negociación sería algo básico, pero también sabía que lo que viera en las ciudades antes de presentarse a la reunión no la ayudaría con eso.
Para Morgan Kelart era alguien interesante y muy útil si pueden ponerla de su lado, pero al mismo tiempo es una niña que sigue a una reina ingenua por lo que no representa mucha dificultad tratar con ella en el gran esquema de las cosas. Aun así, esperaba ver que planes diseñaba en un intento de obtener el mejor trato posible para su reino.
- Finalmente llegaron. Muy pronto será el momento en que deberemos actuar en persona – Magnus, aun mirando al horizonte, comentó.
- Y cuando ese momento llegue estaremos listos para dejar en grande nuestro reino – sonrió Tiaamat.
- Tengo curiosidad por saber a dónde nos llevarán nuestras decisiones actuales. No puedo contener la emoción – Morgan también habló. – ¿Alguna opinión sobre lo que debemos pedir en las negociaciones? Tengo un par de ideas propias, pero también acepto sugerencias.
- Siempre que abramos relaciones comerciales no tengo ningún problema – respondió Tiaamat – Aunque no necesitemos productos extranjeros para el desarrollo de la isla es necesario que exista un flujo de mercancías en ambos sentidos por lo que hay que establecer qué mercancías venderemos y cuales compraremos.
- Según entiendo el trato con Lurent es por mercancías sencillas, solo productos de uso civil ¿no es así? Creo que lo más valioso que manejará la Rolland Merchant Company son accesorios de protección de máximo rango alto, algo alrededor del nivel 30 para que se vendan entre los nobles – Magnus recordó el trato que habían logrado con Lurent. – Siendo así supongo que podríamos empezar con algunas armas básicas forjadas en el Dominio del Abismo, encantamientos sencillos de mayor durabilidad y mayor filo, eso podría ser la base de lo que exportemos.
- No solo armas, podemos vender algunos tomos básicos de magia arcana y divina que parece que serían muy apreciados por ellos – Tiaamat entró en su modo negocios. – Nuestra ventaja mágica es obvia pero no solo nos deberíamos centrar en eso. Comida propia de la isla, pieles de nuestros monstruos, telas fabricadas por nuestra gente, plantas útiles en medicina y alquimia. En general la Isla es un tesoro capaz de convertirnos en una potencia comercial, pero no podemos simplemente dar todo lo que tenemos a cambio de nada así que necesitamos saber que podremos recibir de ellos.
- Según los informes del Fuuma asignado como líder de sitio en Roble, las fortalezas económicas del Reino Santo son su producción de minerales, su industria pesquera y el cultivo de frutas famosas por ser más deliciosa que en cualquier nación humana. Tomando en cuenta esto sugiero centrarnos en obtener minerales principalmente – dijo Magnus.
- ¿Por qué? Si bien tenemos suficientes reservas en la isla de minerales, e incluso algunas minas, no podemos olvidar que la mayoría de lo que tenemos son minerales mágicos de alto valor – explicó el brujo. – Me parece que el mineral de más bajo rango que producen nuestras minas es la adamantita, que es el mineral mejor valorado en este mundo según la información de Amriell.
Magnus había quedado encantado cuando el serafín volvió de su misión y mostró sus resultados. Debido al uso del 60% del MP de Amriell la investigación abarcó 4/5 partes de la totalidad del reino y la información arrojada fue mucho más allá de lo que esperaban: recursos naturales y sus ubicaciones; niveles de fuerza promedio e individuales; la historia detrás del territorio; información de la situación política, económica, militar y social actual; minas secretas, tesoros ocultos y mucha información más que fue recopilada adecuadamente por los NPC's administrativos.
Pero el verdadero tesoro fue la información referente a una persona en E-Rantel: Narberal Gamma.
Aunque no fue capaz de confirmar la presencia de Ainz, el simple hecho de que una de las infames pléyades esté deambulando por un reino humano fue suficiente confirmación de la proximidad del del amo de la muerte.
- Ya entiendo, quieres que ellos suplan nuestras necesidades de minerales básicos – asintió Tiaamat retomando la conversación.
- Repito mi pregunta, ¿Por qué? Las armas, armaduras y equipamiento de cualquiera en la isla son hechas con metales mágicos como mínimo, entonces ¿para qué necesitamos minerales básicos? – Morgan aun no estaba en la misma línea.
- Es simple. Tendrías toda la razón si solo nos centráramos en Elion, pero debes tener en cuenta que también haremos negocios con Roble y otros reinos a quienes no venderemos equipo verdaderamente importante, por eso los metales más sencillos también son necesarios. Además, si vamos a viajar a otros mundos, y claro que lo haremos, tampoco venderemos nuestros mejores objetos así que es necesario tener materiales básicos para esa clase de artículos – Explicó Tiaamat. – No importa si los metales son básicos, con las técnicas de forja de la isla los armamentos creados serán de mayor calidad que los de cualquier herrero común por lo que, aunque para nosotros no sean gran cosa, probablemente se venderán muy bien. El verdadero objetivo de todo esto es usar el Reino Santo de Roble como puerta de entrada al tablero de juego internacional y la mitad del trabajo ya está hecho.
- Kelart Custodio está a punto de darse cuenta de que lo mejor para su reino es abrir relaciones con nosotros y lo mejor del caso es que no tendremos que convencerla de nada – Magnus tenía una gran sonrisa en su rostro.
- Supongo que veremos cómo se desarrolla esta obra en tres días, hasta entonces espero que se diviertan mientras conocen nuestro hogar – dijo Morgan sonriendo también.
- Éfrates y Jur, las ciudades comerciales y las que a partir de ahora tendrán contacto con el exterior, funcionarán como incentivo a la economía y como demostración de poder al mismo tiempo, que divertido. El itinerario de Kelly estará muy ocupado – Tiaamat volvió a sonreír.
(***)
Ainz Ooal Gown, Momonga, el maestro de la muerte y el gobernante supremo de la Gran Tumba de Nazarick estaba sentado en su trono mientras su mente estaba dando vueltas tratando de entender cómo se llegó a esta situación tan absurdamente fantástica.
Todo comenzó cuando LupusRegina Beta informó que un mensajero a caballo llegó al pueblo de Carne para entregar una carta dirigida a "Ainz Ooal Gown" por un noble menor del reino. Ainz, sorprendido por lo repentino del acto, trató de recordar si se había involucrado con algún noble, pero no podía recordar nada parecido así que decidió llamar a todos los guardianes a la sala del trono para leer la carta y tal vez usar el cerebro de Demiurge y Albedo para comprender de que se trataba todo eso.
Cuando LupusRegina apareció con la carta y la entregó directamente a su maestro el salón quedó en absoluto silencio esperando que el Señor Supremo sentado en el trono leyera todo el contenido. Finalmente, el silencio fue roto.
- Imposible – la voz del amo de la tumba era baja pero fácilmente discernible por todos.
La carta era corta, pero el mensaje en ella era claro, había otro jugador en el nuevo mundo y sabía quién era él.
{Hey, Momonga, ¿o prefieres que te llame Ainz ahora?
Se que esto debe ser lo más raro del mundo para ti desde el cierre de los servidores, pero créeme, no ha sido exactamente algo normal por mi lado. Probablemente te estés preguntando quien soy y, conociendo tu mente paranoica, ya has creado unos cuantos planes de contingencia, pero no te preocupes no soy tu enemigo, por el contrario, estoy muy contento de que un buen amigo también haya podido llegar hasta aquí.
Creo que pronto nos encontraremos en persona, aunque no estoy seguro de cuándo será ya que cuando noté tus actividades en Re-Estize me fui del reino para no interferir con tus planes. La persona que envió esta carta lo hizo bajo los efectos de un encantamiento por lo que no deberías tratar de encontrarlo.
Estoy seguro de que ya descubriste quién soy, pero si no, muero por ver tu expresión cuando lo hagas. Aunque ahora que lo pienso ¿Cómo se demuestran las expresiones en un rostro esquelético? Una pregunta para responder cuando nos veamos.
No dejes de imaginar, Momonga}
Para Ainz era imposible no saber de quién se trataba. Solo conocía a tres personas que enviaban cartas en lugar de mensajes normales dentro de Yggdrasil y la forma en que fue escrita era exactamente la misma que la suya. Pero lo que eliminó de plano cualquier duda fue la última frase.
"No dejes de imaginar" fue el credo por el que se guiaba el único clan de 3 personas en hacer historia en el juego. Fue con esa consigna en mente que el Brujo Rúnico y sus discípulas crearon prácticamente desde cero el sistema de magia rúnica y construyeron no solo el primer reino de jugadores, sino el único que jamás cayó en toda la historia del juego, y el hecho de que la carta esté finalizada de ese modo solo puede significar que Magnus estaba en el nuevo mundo.
Su mente no sabía cómo procesar la situación. Estaba inmensamente feliz porque su amigo estaba en este nuevo mundo también, pero le preocupaba lo que fuera a pensar de sus actos hasta el momento.
"Pero a juzgar por la carta, ya sabe más o menos lo que he hecho en el reino así que no debe ser un problema ¿cierto?" se dijo a si mismo el amo de la muerte.
- ¿Quién es este gusano que se atreve a dirigirse así a Lord Ainz? – Albedo, quien también leyó la carta, entró en colera al ver el tono jocoso de la misma.
- Suficiente, Albedo – Ainz inmediatamente detuvo su perorata. – Si es quien creo entonces tiene derecho a hablarme así, después de todo, es uno de mis mejores amigos. Si alguno recibe un nuevo mensaje como eso quiero que me lo notifiquen inmediatamente, tal vez estemos a punto de ver algo interesante.
Esas palabras enviaron un shock a través de los guardianes quienes no podían imaginar quien era lo suficientemente digno de que su maestro se refiriera a él de tal forma.
¿Había regresado alguno de los otros seres supremos?
Parecía ser que pronto habría una reunión entre el gobernante de la muerte y el señor de las runas, y Ainz lo estaba esperando con ansias.
*0*
Wenaaaassss
¿Qué tal el capítulo? Ya apareció Ainz!!!!!!!!!!!!!
Sí, es una aparición bastante breve pero su presencia se irá notando en el futuro, así que por ahora esto debe bastar para entender que Ainz también aparecerá en esta historia, aunque terminará ocupando el lugar de "el amigo del prota"
Como sea, volviendo al capítulo, Kelart ha llegado a Elion y no está segura de lo que encontrará en este lugar y mientras tanto los tres reyes planean hacer de esta reunion un espectáculo.
Si les gustó la historia no olviden votar y dejar una reseña.
Dejen sus opiniones en los comentarios.
Nos vemos!!!!
*0*