Chapter 21: Audiencia
Durante los últimos tres días, Kelart y la comisión han sido guiados por dos de las ciudades de la isla mientras los gobernantes de dichas ciudades les explican sus especialidades y demás.
En primer lugar, visitaron los mercados de Éfrates, la ciudad costera, guiados por el mismo Neptuno Ac Qualiq. En su paseo pudieron ver todo lo que el Dominio del Mar tenía para ofrecer, desde platos hechos a base de pescados desconocidos para ellos, hasta algunos objetos útiles para marineros y pescadores. Desde ropa única hasta un objeto que permitía respirar bajo el agua por 30 minutos. Incluso vieron otros sobre magia elemental de agua en algunas librerías, algo que es imposible de encontrar en otros países ya que quienes tienen tales conocimientos no quieren compartirlos.
Después de eso un carruaje tirado por Sleipnir que los condujo hasta la ciudad oculta, Jur donde Lumiere Wooderm los estaba esperando. La experiencia, al igual que antes, fue mágica. Plantas de todo tipo; frutas desconocidas; hierbas medicinales; artesanías y tallados hermosos. La total abundancia de naturaleza en esa ciudad le quitó el aliento a la suma sacerdotisa. Esa noche se quedaron en Jur y pudieron disfrutar de un espectáculo precioso producido por algunas plantas mágicas que producen volutas de luz en las noches iluminando los bosques alrededor de la ciudad.
A la mañana siguiente el mismo carruaje los llevó a encontrarse con el enano Thorner Hammhead, gobernante de la ciudad subterránea de Bahoom, quien había venido a Jur por órdenes de la reina Tiaamat para mostrar a sus invitados los productos producidos en el dominio del abismo.
La ciudad subterránea tenía la producción como eje central, es decir, que estaba repleta de artesanos, alquimistas y eruditos que vendían sus productos. Thorner les hizo varias demostraciones de la efectividad de los objetos forjados en su ciudad, así como las pociones y artilugios creados por los alquimistas de la isla.
Al día siguiente, los Sleipnir habían sido reemplazados por Drakes y estaban listos para partir hacia el lugar donde se reunirían con los monarcas. El carruaje los llevó a la mansión que, según les habían explicado, sería el lugar de la audiencia ya que los extranjeros no tienen permitido ingresar a la ciudad capital.
Por supuesto Kelart ya había notado que, durante toda su estadía, aunque se mencionaron otras ciudades y pueblos, solo se les permitió conocer dos lo que implicaba un alto nivel de secretismo respecto a la situación del reino. Claro, proteger los secretos nacionales era algo que cualquier gobernante medianamente competente haría, pero no por eso dejaba de ser frustrante para la suma sacerdotisa.
Kelart estaba tomando una taza de té que le había traído una sirvienta que se había mantenido en una esquina de la habitación a la espera de cualquier pedido. La criada era rubia y vestida con un uniforme verde oscuro de mangas largas que se abrían desde el codo hasta la muñeca, su falda llegaba hasta pocos centímetros más arriba de sus rodillas, un delantal blanco cubría desde su cintura hasta la mitad de sus muslos y en el centro del delantal estaba bordado lo que solo podía ser un escudo de armas, pero Kelart no pudo reconocerlo: un gran martillo rodeado de llamas verdes.
A Kelart no le interesaban las mujeres, pero aun así no pudo evitar observar a aquella mujer con intensidad. Algo dentro de ella se sentía muy cómoda en presencia de aquella criada. Una especie de nostalgia que no era capaz de comprender pero que la llenaba de una calidez inexplicable.
Fue solo después de casi diez minutos de reflexión que por fin identificó ese sentimiento, era parecido a lo que sentía cuando usaba su magia divina solo que mucho más fuerte. La realización la golpeó como Remedios a un semihumano: esa criada era un clérigo igual que ella, pero de alguna forma era más fuerte que Kelart, la suma sacerdotisa.
Después de pasar por esa experiencia Kelart se dio cuenta de que establecer relaciones con la isla era, sin lugar a duda, la mejor opción. Tener un aliado tan poderoso económica y militarmente sería una gran ventaja a nivel político, además que estaba interesada en la religión de este lugar ya que, en toda su estadía, aunque había visto un par de iglesias, no pudo entrar debido a su itinerario. Sin mencionar que si eran el primer país en crear relaciones diplomáticas con ellos tendrían la delantera respecto a otras naciones. Y por otro lado, Kelart ni siquiera quería pensar en lo que pasaría si se volvieran enemigos de la isla.
Un par de horas después la criada les informó que todas las preparaciones habían terminado. Kelart y la delegación de Roble caminaban por los pasillos de la mansión con dirección a la sala de audiencias donde los esperaban los gobernantes de la isla.
Al mirar las pinturas y decoraciones Kelart pudo notar que todos contaban una historia, la historia del acenso de aquellos que estaban en la cima de ese reino perdido en el tiempo.
Finalmente llegaron a dos grandes puertas dónde fueron anunciados antes de que se les permitiera entrar al lugar. Cuando las puertas se abrieron Kelart una vez más quedó sin palabras ante la majestuosidad que se presentaba ante sus ojos. Las decoraciones, el lujo y la opulencia estaban al nivel del castillo real de Roble e incluso un poco por encima y este ni siquiera era el hogar de los reyes, solo un punto de reunión con dignatarios extranjeros.
A los lados del pasillo varios caballeros se mantenían firmes y un poco detrás de ellos, esperando junto a las paredes, sirvientas y mayordomos permanecían en silencio. A los pies de la plataforma central 6 seres imponentes vigilaban la entrada de la delegación: las seis sombras. Y en el centro de aquella reunión que alguien menos comprometido con la religión calificaría de divina, los tres monarcas sentados en sus tronos con motivos de Dragón.
Las reinas eran justo como Lurent las había descrito: dos bellezas de tal calibre que incluso los celos no tendrían cabida, exudaban dignidad y poder, así como un aire de sabiduría que quizá se debía a sus rasgos dracónicos, los cuales no restaban ni un ápice a su belleza, sino que, por el contrario, la resaltaban.
El Gran Rey, por otro lado, coincidía con la descripción de Lurent, pero al mismo tiempo no lo hacía. Tenía el cabello negro hasta los hombros enmarcando su rostro, ojos plateados pero con una profundidad que parecía contradecir su joven apariencia y vestía un traje de tres piezas de color blanco, una camisa negra y una corbata roja; Tenía el escudo de armas del reino en el lado derecho de su pecho y una capa plateada sobre sus hombros. Con todo, parecía un joven rey humano de no más de 25 años y era precisamente eso lo que se le hizo extraño a Kelart, según Lurent ninguno de los monarcas era humano.
Ignorando sus dudas por el momento, Kelart llegó hasta la base de los escalones y se arrodilló en muestra de respeto seguida casi de inmediato por el resto de la delegación mientras la doncella se acercaba a otra criada y un mayordomo que permanecían a los pies de los escalones. Después de un segundo la voz baja pero imponente del rey les dio permiso para ponerse de pie.
- Bienvenidos, enviados del Reino Santo de Roble, a las tierras que protejo y gobierno. Soy el Gran Rey de Elion, Magnus Al Acser, espero que su estadía en mi isla haya sido agradable.
- Como bien dijo el Gran Rey, sean bienvenidos. Soy Tiaamat Vil Acser, reina de la isla.
- Finalmente, mi nombre es Morgan Le' Acser, reina de Acser. Espero que podamos llevarnos bien.
- Gracias, Majestades, por su hospitalidad. Yo soy Kelart Custodio, Suma Sacerdotisa del templo de los 4 dioses y asesora de confianza de Su Majestad la Reina Santa. En esta ocasión hemos venido a su isla en respuesta a la invitación hecha por medio de la Rolland Merchant Company para establecer relaciones "al menos comerciales" – Kelart se presentó e inició las conversaciones. Esperaba que, como en su hogar, una audiencia sería sinónimo de debates interminables y quería agilizar las cosas.
- Por supuesto, yo fui quien escribió la carta, de hecho – comentó Morgan con una sonrisa. – Supongo que tendrás preguntas al respecto, así que adelante y hazlas.
- Muchas gracias, Majestad – respondió la sacerdotisa. – En primer lugar, la forma en que se expresó en la carta hace parecer que no solo se buscan relaciones comerciales, ¿estoy en lo cierto?
- De ser posible nos gustarían relaciones diplomáticas en toda regla, no solo de comercio sino también oportunidades para que los ciudadanos de ambas naciones puedan transitar de ida y vuelta, intercambios culturales, ese tipo de cosas. Por supuesto la mayoría de estas cosas sería a largo plazo, pero la idea es esa – respondió calmadamente Morgan.
- Ya veo, eso suena increíble siendo sincera. Para pasar a mi siguiente pregunta, la idea de organizar una delegación que viniera a conocer su isla fue un truco de venta ¿no es así? – al terminar su pregunta Kelart pudo sentir la sed de sangre dirigida hacia ella por parte de los súbditos, ¿tal vez estaba siendo demasiado familiar? Estaba acostumbrada a hablar de esa manera con Calca por lo que tal vez se había salido un poco de la línea.
- Ya basta con ese instinto homicida – dijo Morgan con cara molesta hacia la audiencia y la sensación desapareció de inmediato. – Me gustas, Kelart Custodio. Sí, fue un truco de venta. Queríamos que vieran los beneficios de entablar relaciones amistosas con nosotros, al mismo tiempo esperamos descubrir que beneficios podría traernos una alianza con ustedes si también recibimos la misma invitación.
- Muchas gracias por responder mis preguntas, Majestad. En cuanto a la carta eso sería todo, sin embargo, antes de entrar en otros temas hay una pregunta que no puedo sacar de mi mente, espero que puedan saciar mi curiosidad – Kelart se estaba arriesgando, pero era algo que necesitaba saber. Obteniendo un asentimiento de Morgan, preguntó. – Su Majestad Magnus, según el relato de Lurent Rolland los tres gobernantes de la isla compartían rasgos dracónicos, pero en su caso no puedo verlos ¿es muy atrevido de mi parte preguntar por qué? – La respuesta que obtuvo fue una risotada de parte de Magnus.
- Así que era eso, por un momento pensé que era algo más. No te preocupes, no me molesta tu pregunta. Para responderte debo explicarte algo, aunque los tres compartimos características dracónicas, no pertenecemos a la misma raza – Magnus hablaba con voz tranquila como si estuviera discutiendo el clima. – Tiaamat es una Dragonoid, Morgan pertenece a la raza de los Dragonewtt y yo soy un Brujo, como Lucian.
- Disculpe Majestad, ¿dijo Brujo? ¿Cómo un lanzador de magia?
- Es un malentendido común pensar eso, pero no es así. Los brujos son una raza que nació en los albores del mundo y cuya característica definitoria es la presencia de rasgos no-humanos en cuerpos por lo demás perfectamente humanos – Magnus explicó sin molestarse por la interrupción. – Por ejemplo, Lucian tiene una melena como la de un león, pero a diferencia de un hombre-león no tiene ninguna otra característica animal. ¿Me sigues hasta ahora? – Magnus señaló a uno de los hombres parado a los pies del trono y Kelart asintió. – Bien, entonces yo soy un brujo y mi marca de brujo son mis cuernos de dragón. Ahora bien, si un brujo se vuelve lo suficientemente poderoso pasan dos cosas, la primera es que, dependiendo de las hazañas logradas, puede desarrollar marcas de brujo adicionales y en segundo lugar adquirimos la habilidad de ocultar nuestras marcas a voluntad – diciendo eso un torbellino de llamas negras y plateadas cubrió el cuerpo del monarca por un segundo y al desaparecer frente a Kelart se encontraba el mismo hombre de antes, pero con dos cuernos saliendo de su frente y una larga capa que parecía cubrir su cuerpo entero. Así que esta es su verdadera forma – susurró la mujer.
El cambio no fue solo físico, toda su aura y su presencia se volvieron incluso más imponentes que antes, si eso fuera posible.
- Podrías decirlo así, aunque ambas son mi verdadera forma. Si tuviera que ponerlo de una manera fácil de entender diría que esta es mi apariencia de guerrero y la otra mi apariencia de monarca – dijo el brujo con una sonrisa antes de volver a su apariencia anterior. – En este caso decidí que si vamos a entablar relaciones diplomáticas en nuestros países lo adecuado sería usar mi apariencia de monarca.
- Ya veo, gracias por satisfacer mi curiosidad.
- No hay problema, pero ahora yo quiero hacerte una pregunta Kelart Custodio. ¿Qué piensas de mi nación?
- Honestamente Majestad, este lugar es un paraíso. Estoy encantada con lo que he visto y personalmente sugeriré a Su Majestad, Calca, que acepte el ofrecimiento de relaciones diplomáticas – respondió Kelart con sinceridad. – Al mismo tiempo, y con el fin de llevar a cabo lo que acabo de decir, quiero invitar oficialmente a una delegación de la Isla Soberana de Elion a visitar el Reino Santo de Roble en una fecha posterior para que puedan ser testigos de la hospitalidad de mi nación.
- En nombre de Elion, acepto encantada tu invitación – la sonrisa nunca dejó la expresión de Morgan. – Dime, ¿hubo algo que te llamara la atención? ¿Algo que considerarías sería bueno para abrir las negociaciones de tu lado?
- Efectivamente, hubo muchas cosas que me llamaron la atención, sin embargo, debo informarle todo a Su Majestad y que sea ella quien decida como entablar las negociaciones.
- De acuerdo. En ese caso esperaré hasta las negociaciones oficiales. Supongo que con eso terminan las actuaciones oficiales de esta audiencia ¿no es así Magnus? – Morgan volteó a ver al rey quien solo suspiró.
- Efectivamente, pero deberías mantener la actitud seria hasta el final de la audiencia Morgan.
- Eso es aburrido. Ahora, Kelart, como sacerdotisa debes saber mucho sobre magia divina ¿correcto? – Kelart no estaba segura de cómo reaccionar, pero decidió simplemente seguir la corriente.
- Eso es correcto Majestad, soy capaz de usar magia de hasta 4to nivel – Kelart pudo notar como la reina se rio entre dientes cuando dijo el nivel de su magia lo que puso nerviosa a la mujer.
- Te diré algo Kelart, te daré un obsequio que te ayudará con tu magia divina. Y por cierto solo dime Lady Morgan, eso de "majestad" es tan rígido – la reina dejó salir como si fuera algo de rutina.
- Espere un momento por favor Majes… - la mirada de la dragona evitó que terminara. – Lo siento, Lady Morgan, pero que quiere decir con un obsequio, no podría aceptar algo así.
- Oh, puedes y lo harás, querida. Ya lo dije, me gustas. Eres inteligente, leal y mucho más habilidosa de lo que dejas ver – la última parte fue dicha tan bajo que Kelart pensó que solo ella pudo escucharla, pero fue suficiente para que entendiera que la reina sabía su verdadero nivel de poder.
- Aceptaré entonces su obsequio, Lady Morgan.
Morgan al ver que Kelart aceptó sacó de su inventario un libro blanco con bordes dorados. Para Kelart todo lo que pudo ver fue a Morgan introducir su mano en un agujero hecho de pura oscuridad y sacar un libro que transmitía un aura poderosa y sagrada al mismo tiempo. El libro se llamaba {Grimorio de Salvación} y era uno de los primeros grimorios creados por Morgan donde la dragona recopiló todos los hechizos divinos de hasta 5to nivel. No importa si eran de ataque, defensa, curación, invocación o refuerzo, mientras se considerara que entraba dentro de la descripción de "magia divina" estaría dentro del libro.
Kelart jamás podría usar el grimorio como medio para invocar hechizos ya que carecía de las clases necesarias para lograr tal cosa, pero los grimorios eran, en esencia, libros con explicaciones detalladas del poder, la forma de uso y los efectos de los hechizos contenidos en ellos, es decir, eran la forma de estudio perfecta para cualquier lanzador mágico por lo que Kelart podría aprender una gran cantidad de hechizos que desconocía simplemente leyendo y practicando.
Por supuesto había una segunda capa en las intenciones de Morgan. Convencida de que Kelart sería una buena aprendiz decidió ver si al estudiar el grimorio la sacerdotisa desarrolla la clase Usuario de Grimorios, pero eso solo será descubierto más adelante, por ahora lo mejor era entregar el libro y acabar con esta audiencia.
Después de darle el libro a Kelart y explicarle que es un tomo que contiene hechizos divinos de hasta nivel 5 pudo notar como el color desaparecía del rostro de la mujer quien inmediatamente tomo el regalo y lo aseguró como si de un tesoro se tratase, y, para ella, era así.
- ¿Algo más que quieras discutir antes de dar por finalizada la audiencia? – preguntó Magnus después de que Morgan terminó sus explicaciones.
- Si no es muy atrevido de mi parte hay otra pregunta que me gustaría hacerles, majestades – dijo como si no estuviera segura de que fuera correcto.
- Pregunta entonces. Si es algo que no estamos dispuestos a responder simplemente lo diremos, pero solo preguntar no es un crimen – respondió Morgan con una sonrisa.
- Como ya dije, mi cargo es el de suma sacerdotisa del templo de los 4 Grandes Dioses por lo que uno de los temas más importantes para mí es la religión. Mi pregunta es, ¿cómo funciona la religión en este reino?
Apenas esa pregunta salió de sus labios la atmosfera que rodeaba a los gobernantes cambió. Incluso Tiaamat, que había estado perdida en sus pensamientos la mayor parte de la reunión, hizo una mueca al escucharla. Kelart notó el cambio y se preguntó si había preguntado algo delicado.
- Si mi pregunta es problemática por favor olviden que la hice – se apresuró a decir la sacerdotisa.
- No es eso – respondió Magnus con un suspiro. – Dime, Kelart, ¿Lurent les dijo por qué nadie conocía nuestra isla hasta ahora? – la sacerdotisa asintió recordando la historia sobre como los reyes habían aislado toda la isla con magia. – Bueno, resulta que cuando logras una hazaña como esa y 13 siglos después sigues vivo y sin cambiar ni un poco, los mortales empezarán a adorarte incluso sin tu conocimiento.
Los ojos de Kelart se abrieron cómicamente al escuchar lo que dijo el rey con una sonrisa autocritica en su rostro y entender lo que eso implicaba.
- Permíteme presentarme nuevamente. Yo soy Magnus Al Acser, el Dios de las runas y la guerra, al parecer – la última parte fue más un susurro que solo alcanzaron a oír las reinas.
- Nuevamente, soy Morgan Le' Acser, Diosa de la magia y la sabiduría.
- Y yo soy Tiaamat Vil Acser, Diosa de la artesanía y la destrucción – Tiaamat tenía una sonrisa incómoda mientras lo decía.
Lo cierto era que durante una de sus exploraciones de la capital para ver cómo vivían sus súbditos se encontraron con una iglesia. Originalmente era otro edificio generado por el sistema de edificación de reinos de Yggdrasil, pero parece que al llegar al nuevo mundo eso también se vio afectado cuando los NPC's "religiosos" empezaron a predicar sobre como ellos no solo eran reyes, sino dioses en persona, algo que les parecía lógico al resto de NPC's.
Lamentablemente solo se enteraron de esta nueva religión casi dos semanas después de llegar al nuevo mundo y para entonces ya estaba bastante extendida entre los habitantes de Elion por lo que fue imposible evitar que se propagara. Tampoco ayudó que, a diferencia de Magnus y Tiaamat, Morgan parecía encantada con su nuevo título e incluso comenzó a asistir a los sermones y a visitar a los devotos.
Después de que toda la escena terminó, Magnus despidió a la delegación invitándolos a disfrutar de la isla un par de días más antes de que partieran, diciendo que en esos días decidirían quienes integrarían su propia expedición y zarparían juntos hacia Roble.
Una vez que terminó la reunión cada uno tomó su propio camino. Morgan fue directamente a organizar la delegación que iría a Roble, Tiaamat decidió hacer su movimiento con los 8 dedos y Magnus, quien finalmente obtuvo el artículo que le había encargado a Tiaamat, fue directamente a su taller para completar el proyecto en el que había estado trabajando.
Kelart y su delegación, por su parte, decidieron continuar con su recorrido por la ciudad de Jur y la suma sacerdotisa incluso entró en una iglesia con la que se toparon, algo que no pareció gustarles a algunos de los nobles que venían con ella, pero a Kelart no le importaba. Quien tenía el control de esta misión diplomática era ella, el resto estaba allí solo para rellenar los números y eso quedó claro cuando durante toda la reunión solo la sacerdotisa habló por parte del reino santo.
*0*
Wenaaaassss
¿Qué tal el capítulo? Kelart es un personaje bastante interesante para mí y me gustaría darle algún tipo de protagonismo, pero por el momento es solo una idea, ¿ustedes que piensan?
Si les gusta la historia no olviden dejar una reseña y votar.
Dejen sus opiniones en los comentarios.
Nos vemos!!!!
*0*